El ego es la fuerza de centroversión anímica, aquello que establece puntos o marcos de referencia. Sin el punto de coordenadas (0,0) no podemos orientarnos, ni actuar. El ego es la fuerza que construye un número ilimitado de referentes, de centros entorno a los cuales apareceran diferentes formaciones del Alma. En sánscrito se llama Ahankara. Aham quiere decir “Yo”, kara es “el proceso de hacer o llevar a cabo”. Como palabra compuesta que es Ahankara, significa “el proceso de hacer o proferir el ‘Yo’ (aham)”. El ego es una acción, una fuerza que establece o dice el “Yo”, que pone una piedra referente fundamental con repecto a otra acción. Así por ejemplo, el organismo humano espontáneamente realiza la acción fisiológica de ver, el órgano de la vista se pone en marcha automáticamente, y automáticamente también aparece una fuerza que a la función de la visión le adjudica otra acción: la acción que dice “Yo”. La síntesis es “Yo veo”.
Ocurre también en los animales, y es que la acción de establecer el referente del “Yo”, no necesita verbalizarse: no sólo ocurre como acción del Alma Intelectiva, sino tambíén como acción del Alma Sensitiva y del Alma Volitiva. La fuerza de centroversión que llamamos “ego” también opera a nivel vegetal, mineral, etc., se extiende a la parte inorgánica del Alma Volitiva. En este sentido, el ego es la fuerza que va a hacer posible que se generen máscaras de identidad y narrativas con las máscaras.
Por mucho que quieras suprimir o controlar tu ego no podrás... no podrías. Para reprimir o suprimir, o aniquilar el ego, necesitas hacer o no hacer algo. Pero si haces algo o dejas de hacerlo en relación a algo que ya hay, automáticamente aparecerá un referente para tu acción o no-acción, es decir, se generará un ego y con él una máscara. Sólo un ego puede matar otro ego.
No intentes matar tu ego. Es el burrito, a veces testarudo, que cree llevarte en este viaje de la vida. Obsérvalo surgir y desparecer (cuando se cansa y se tumba en el prado). Tu Alma expresa semillas que tu ego toma por elecciones propias. El ego simplemente establece centros y marcas con respecto a esas semillas; nuestra Alma Intelectiva creará espontáneamente las narraciones de identidad con las marcas que el ego ha indexado en la memoria.
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