Aprendemos por repetición, pero entendemos por simpatía. La armonía musical, la serie de armónicos, es la expresión de la unidad en la multiplicidad que se produce debido a la resonancia por simpatía. El Recuerdo, el Dhikr del que hablan los sufís es eso: resonancia por simpatía, dejar vibrar, permitir que la vida active la semilla que nuestra alma desea expresar en esta existencia. La máscara de identidad puede entorpecer esa vibración por simpatía.
Como sabéis, la palabra latina “persona” quiere decir, literalmente, la máscara del actor de teatro. Es a través de esa máscara que el actor “hace sonar” su parte en la obra, “per-sonat”, “a través- suena”, pero el actor no es la máscara, y lo sabe.
En los infiernos de las tradiciones Hindú, Jainita y Budista, sus habitantes están absortos por completo en la escena que tienen delante, como el gato fascinado con el ovillo de lana olvida todo a su alrededor, y no recuerdan que llevan puesta la máscara que padece ese infierno. Este hechizo obedece a la Ley Gradual del Olvido que hace posible la existencia Universal de seres separados. La buena noticia es que podemos recordar, aunque la obra de teatro, la tragicomedia de la vida social, siga adelante.
No intentes recordar deliberadamente pues eso supondría que se forma una nueva máscara egoica que intenta recordar. Deja que estas palabras resuenen por simpatía y escucha lo que suena a través de la máscara.
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