La Existencia es Encuentro. Encuentro en el limen. En el limen, desaparecen las máscaras, es decir, las intuiciones básicas de identidades, como la identidad que siento y pienso en relación al árbol que veo frente a mi. La identidad del árbol es proyección de la mía: la unidad de mi proceso de percepción del árbol genera una máscara en mí, el fantasma de una unidad limitada separada de todo lo demás.
La forma más simple de comprensión intuitiva de las máscaras y el limen nos la dan los números. Los números expresan de manera intuitiva la tensión liminal que es la Existencia. Una pequeña nota etimológica. Rythmos en griego queire decir flujo. Arythmos (número), es lo que no fluye, lo que se queda solidificado. Los números expresan lo liminoide, por su parte, el flujo, el ritmo, expresa lo liminal. Un ritmo se vuelve liminoide cuando podemos trazar patrones en él, es decir, cuando podemos construir máscaras de identidades.
La matemática ha hablado del flujo utilizando la palabra latina “continuum”, lo continuo. Toda la ciencia moderna, desde Leibniz y Newton, está fundamentada en el cálculo diferencial, que es una ciencia del continuum. En el siglo XIX, a partir de Cauchy,Weistrass y Cantor, el continuum se transforma en una ciencia del límite en relación a agregados de identidad (conjuntos), la formulación matemática de la teoría de la liminalidad y el infinito. Sin esta ciencia no habría geometría riemaniana, es decir, no habría teoría de la relatividad, ni teorías sobre quantum, ni cosmología. Lo curioso es que, a la vez, la teoría del continuum dinamita cualquier ciencia física, pues el “principio de identidad”, en el que se basa cualquier noción de Existencia material, salta por los aires. Pero volvamos a la comprensión psicológica del limen a partir de los números.
La percepción del espacio y del tiempo da lugar a la serie de los número naturales: 1,2,3,4,5… Estos números son máscaras o identidades que en principio parecen bien definidas a partir de la intuición, como la identidad que siento y pienso en relación al árbol que veo frente a mi. Puedo decir “1 árbol”, y puedo contar. A partir de una supersitición muy arraigada en la sencillez de esta primera intuición, creo que puedo contar cualquier cosa. ¿Puedo? ¿Cuántas gotas de agua hay en una botella de litro? La respuesta de nuestra ciencia es clara: 20.000. Bueno, aproximadamente. Aproximadamente quiere decir que necesito otro tipo de números para contarlas, los números racionales (los números que tienen decimales). La aproximación lleva un número finito de decimales, que no necesariamente es el caso, es más: no es el caso. ¿Por qué? Porque medir el espacio es medir el continuum, es decir, entrar en el fabuloso mundo de los números reales. Los números reales son los números irracionales, números que no tienen una identidad finita explicitable en términos de los números naturales. Números que realmente no son “números”, no son “a-rythmos”, pues son flujo, “rythmos”, entidades no finitas. Decir 20.000 gotas es una aproximación a un número real, a un ente infinito. Puedes pensar..., “bueno, pero nos vale para funcionar”. Sí, vale para construir una forma de vida humana como la que hemos construido en el mundo moderno… bueno no, los ordenadoes no funcionan con números reales, no podría entrar en procesos infinitos. Los ordenadores funcionan con aproximaciones de números racionales.
El continuum no sólo es una cuestión de un problema con la medición del espacio y el tiempo, sino un problema del principio de identidad: las identidades de nuestros conceptos y nuestras percepciones son de andar por casa. Con un ejemplo de algo que usamos a diario.
¿Qué es un litro? Le preguntamos a la física, que sabe sobre estas cosas tan complejas. Nos dice: “mmm, no sé lo que es exactamente, más bien te diría que es un acuerdo o unidad de medida, pero te puedo decir que es equivalente a 1.000 cm3.” Bien, le decimos entonces: ¿sobre qué está fundamentado el acuerdo?, ¿qué es un centímetro, o un metro, si prefieres? Nos responde: “ la distancia que recorre la luz en el vacío en un intervalo de 1/299 792 458 segundos”. Hmmmm… cuántos problemas. Para no eternizarnos en círculos, supongamos que ese mundo no es un irracional (que probablemente lo sea) y supongamos también que damos por “intuible” la definición de segundo que nos daría la ciencia a partir de la entidad conocida como “átomo de cesio”. ¿Pero que decir sobre el vacío? ¿Qué es el vacío?: “ Una región de espacio desprovisto de energía y momento.” Es decir espacio sin partículas ni otros campos físicos, es decir, algo que no está en el Universo. Bien nuestros acuerdos para medir remiten en última instancia a conceptos sobre entes que no están en el Universo. Y nuestras herramientas conceptuales, para diseñar sus formas, la geometría, están basadas en entes que no están en el Universo, los puntos.
La identidad de todas nuestras medidas es liminal. La identidad de los conceptos que utilizamos para medir es liminal. La identidad del Universo es liminal. Lo liminoide, lo cómún acrítico, la vida cotidiana son un velo protector de nuestras máscaras de identidades. Estás inmersa en fantasmagorías, pero sigues tomándolas de manera literal, incluso después de saberlo. Ese es tu juego, el Lila que practica todo el Universo.
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