La vigilia es una forma de sueño. En ella, como ocurre cada noche en relación a nuestra identidad diurna, olvidamos la otra identidad. En la vigilia, olvidamos nuestro Atman de la misma manera que en el sueño diario olvidamos nuestras máscaras. A veces las máscaras persisten en el sueño, más como caricaturas que como máscaras efectivas completas. En la mayoría de los casos, funcionamos del lado onírico con copias desfiguradas de las máscaras de vigilia, apenas aptas para un histrionismo básico de placer y dolor en el reino de los sueños. Análogamente, nuestras máscaras de vigilia son copias desfiguradas de otras identidades de mayor alcance. Despertar es entrar en el espacio en el que podemos ver las identidades de vigilia como máscaras. Pero ese es sólo el primer umbral que da acceso a una transfiguración del mundo.
Una identidad más profunda se nos muestra cuando nos miramos amorosamente en el Laberinto de Espejos que llamamos Universo. Aquellos que habéis visto el video de Pir Vilayat, habéis sido introducidos en ese Laberinto Sufí.
Es una idea que Ibn Arabi desarrolló como parte de fundamental de la profunda psicología de los sufis. Subyace en las amorosas ideas de Rumi que han encontrado su camino en la psique del mundo moderno, tan necesitado de amor y alegría. Dejadme que escriba este secreto que está a la vista de todos en la expresión que le da Pir Vilayat:
Hay una perspectiva más lejana en la que tú descubres en tu conciencia la acción de la Conciencia Divina a través de la cual, Dios se descubre a Sí Mismo a través del descubrimiento que tú haces de Dios como Tú.
Un análisis prosaico aclarativo. Un espejo tiene dos componentes: una superficie de soporte reflectante, y una imagen que se refleja sobre dicho soporte.
Primer espejo. Soporte: nuestra conciencia, nuestro darnos cuenta. En este soporte se refleja algo: la Conciencia Divina actuando como Universo.
Segundo espejo. Soporte: La Conciencia Divina como acción Universal. En este soporte se reflejan dos cosas: el primer espejo (tanto el soporte como la imagen) y Tú (como copartícipe de la acción Divina a través de tu mirada).
Tercer espejo. Soporte: Tú, pero Tú como Humano Primordial con infinitos atributos. En este soporte se reflejan tres cosas: los dos primeros espejos y un descubrimiento, el descubrimiento que tú haces de Dios como Tú.
El campo de infinitos espejos que generan estos tres espejos es el descubrimiento de Dios de Sí Mismo. Imagina un campo triangular en cuyos vértices estuvieran estos espejos:
Vértice A: La Conciencia limitada de nuestra formación anímica particular, de nuestra narrativa de máscaras y nuestras capacidades.
Vértice B: La Conciencia Divina como acción Universal.
Vértice C: Tú como Humano Primordial.
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